El significado social del dinero, de Viviana Zelizer

Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica (traducción), 2011, 274 páginas.

Víctor alberto Reyes morris. Universidad Nacional de Colombia. Profesor asociado, Departamento de Sociología, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.


Aunque publicado en inglés en 1994, solo 17 años después conocemos la obra de Viviana Zelizer, El significado social del dinero, en español. Un interesante y sorprendente texto que, de alguna manera, retoma el sabor de los clásicos de la sociología que trataron el tema (Marx, Weber, Simmel), pero con un enfoque totalmente novedoso y revolucionario. En cuanto, precisamente, trastoca o transforma la teoría clásica sociológica sobre el dinero y de ahí, quizás, el impacto del libro1.

Lo que habíamos leído sobre el dinero en Marx, Weber, Simmel y, más contemporáneamente, en Robert Bellah, “mutatis mutandis”, era la impersonalización de las relaciones sociales por el dinero, ese medio racionalizador de todas ellas. Así, claramente como en el libro, lo dice la autora en una entrevista con Radio Australia2, al resumirnos el tratamiento clásico del dinero: “En primer lugar, que el dinero es estrictamente un asunto de cálculo racional y lo segundo, que el dinero despersonaliza todas las interacciones”. Esta consideración será trastocada por la autora a lo largo de su investigación de carácter histórico (su método es este) y así dirá que el dinero es re-significado por la gente que lo usa y que este “no se ha convertido en un destructor de las relaciones sociales, libre, neutral y peligroso […]. El mercado de las monedas es una de las maneras en las cuales las personas interpretan sus complicados y caóticos vínculos sociales, y da significados distintos a diversos intercambios” (p. 261).

1. Precisamente, aun con la advertencia de posible estrategia publicitaria, la contra-carátula del libro trae una cita de Pierre Bourdieu que dice: “Soberbiamente escrito y vívidamente ilustrado con materiales de archivo y ejemplos originales y pertinentes, El significado social del dinero es un modelo de rigor y de creatividad académicos, no solo para la sociología sino para todas las ciencias sociales”.

2. Junio de 1998, Australian Broadcasting System.

El libro de Viviana Zelizer está concebido en los siguientes capítulos:

1. El marcado del dinero.

No es un error de imprenta o de traducción; es el marcado o, mejor dicho, la re-significación que los seres humanos le damos a este medio en los múltiples intercambios que sostenemos. Así nos dice la autora: “Como lo demostrará este libro, las personas adoptan en relación con el dinero formas de control muy elaboradas y establecen marcados diferenciales cada vez que se ven comprometidas en interacciones sociales delicadas o difíciles” (p. 43).

En este mismo capítulo, en la parte final, la autora nos hace una presentación del recorrido textual de esta obra suya y nos precisa, que su libro explora las transformaciones fundamentales que se produjeron en el marcado del dinero en Estados Unidos entre 1870 y 1930. El análisis lo centrará en tres clases de dinero, que las considera cambiantes y controvertidas: el doméstico, el destinado a regalos y el destinado a obras de beneficencia. La selección de ese periodo de la historia estadounidense (la autora claramente escoge el camino de la investigación histórico-social) es debida a su gran impulso a la expansión y consolidación capitalista, un aumento neto del ingreso per cápita y una clara orientación hacia el consumo. Nos dice, entonces, la autora: “Sin embargo, hacer más dinero y gastarlo no solo requería una hábil contabilidad sino que también planteó un nuevo conjunto de dilemas de índole no económica, confusos y a veces controvertidos” (pp. 48-49).

2. La producción doméstica de dineros.

La pregunta a resolver en este aparte es ¿cómo adaptaron las personas el dinero a la intimidad de las relaciones de parentesco? Zelizer considera que este asunto corresponde a la más problemática, delicada y controvertida de las monedas, la doméstica, y describe su transformación consagrada en el papel de la mujer como experta consumidora de la familia y clara orientadora de este marcado.

3. Regalos en dinero.

Aunque el dinero se regalaba a los niños en Navidad y también a los esclavos (en USA), solo hasta las primeras décadas del siglo XX es admitido como regalo entre pares. Convertir el dinero en un regalo apropiado, es decir sobrepasando la frialdad de una especie de transacción comercial o una forma de salir del paso en una situación de regalar algo a alguien, es lo que Zelizer descubre con una nueva operación de marcado del dinero o re-significación. Esta que aparecerá a comienzos del siglo XX, hará socialmente al dinero como regalo “apto” entre pares. Para la autora, la aparición de la costumbre de regalar dinero fue parte de una transformación más profunda de la economía del regalo; era superar la paradoja de una economía cada vez más monetaria. Cuando el destinatario o el donante no estaban seguros del carácter de su relación, un malentendido podía traer muchas dificultades. La práctica del regalo se expande dentro de la sociedad norteamericana, como p. ej. la invención del día de la madre (1908) o el dar regalos por los cumpleaños (lo que era desconocido en el siglo XIX): un claro ejemplo de ello, cita la autora, es cómo los judíos inmigrantes le dieron forma a una especie de “Janucá”3 americana convirtiéndola en un equivalente de la Navidad y demostrando, de paso, su aceptación al “american way of life”, imitando un profuso intercambio de regalos de Navidad.

La pregunta que se hace la autora en este capítulo es sumamente interesante, ¿cómo el dinero que se usaba para pagar salarios, sobornar, dar propinas, pagar deudas, etc., podría servir como un regalo, que prestara atención personal, afecto o alegría? O, como lo dice en su buena escritura: ¿Cómo acuñar dinero con valor afectivo? Esta es la cuestión que ocupará el brillante análisis que para la autora, de alguna manera, se había abandonado por la disciplina (¡Ay! Simmel) y, quizás, solo continuada por los antropólogos. Su análisis se centrará en esa conversión o acuñación del dinero para regalar, tocando en otros apartes del capítulo los siguientes temas: el asunto de las “bonificaciones y propinas”; el dinero en el cortejo; la transformación del dinero en “dinero para regalar” y lo que podrían ser una especie de reglas del dinero para regalar: sus usos y restricciones.

4. El dinero de los pobres.

En este capítulo señala la autora, al comenzar su digresión, sobre este nuevo dinero, el dinero de beneficencia, que a los inmigrantes, a comienzos del siglo XX, se les entregaba una guía sobre cómo manejar el dinero, pero no se trataba de que se fueran a encontrar con otra moneda (el dólar), sino de entender el cambio cultural de una sociedad (la norteamericana) que le daba un nuevo sentido a la administración del dinero. El tema de la beneficencia y las organizaciones de caridad es un debate cultural interesante (que aún tiene vigencia), el cual ha girado y gira sobre qué dinero darle a los pobres. Por ello afirma la autora “Los expertos en bienestar social en Estados Unidos consideraron casi siempre el dinero de las obras de caridad como una moneda peligrosa y multifacética” (p. 152). Así, en este mismo análisis, alude a tres clásicas distinciones sobre el peligro del dinero en efectivo como materia de beneficencia en la práctica de Occidente. Una, era la de asistencia pública vs. asistencia privada. Una segunda sobre el lugar de la asistencia, en sus casas o fuera de ellas y, la tercera, las prestaciones en dinero vs. las prestaciones en especie. La polémica sobre el “efectivo peligroso” como forma de ayuda tuvo tantos detractores como defensores, así como cambios de rumbo. Para los trabajadores sociales el desafío clave, nos dice Zelizer, era el controlar la economía de los pobres. Así nos habla de varias técnicas bajo este propósito, desde quitar el valor de curso legal a la transferencia o a las dádivas en especie o restringidas, u organizar el ahorro (como podría ser, diremos nosotros, el Círculo de Obreros del padre Campoamor en la Bogotá de comienzos del siglo XX, o la “natillera” antioqueña).

3. Janucá, llamada también la “Fiesta de las luces” es una festividad tradicional de la comunidad judía que se celebrada durante ocho días para conmemorar la derrota de los helenos y la recuperación de la independencia judía a manos de los macabeos sobre los griegos, y la posterior purificación del Templo de Jerusalén de los iconos paganos, en el siglo II a. C. La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del Templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite que alcanzaba solo para uno. Esto dio origen a la principal costumbre de la festividad, que es la de encender, en forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado januquiá (uno por cada uno de los días, más un brazo “piloto”). Se celebra entre finales de noviembre y diciembre, del calendario gregoriano. Recuperado de http://es.wikipedia. org/wiki/Januc%C3%A1.

5. Con las manos atadas: el marcado del dinero de la beneficencia.

Este capítulo continúa al anterior, bajo la perspectiva de la caridad y de la eterna polémica del dinero para la asistencia. ¿Efectivo o no efectivo? Se trataba como respuesta de liberarse del tema en la consideración, de alguna manera, de construir nuevos y mejores consumidores: los pobres. El tema pasó a convertirse en un asunto de “consumidor incompetente” pero también y, entonces, constituir un nuevo dinero de la beneficencia: reproducir la lógica del dinero doméstico, que implicaba rechazar la forma de salario, dádiva o seguro. Este nuevo dinero tiene en el texto una denominación que no sé si corresponde a una traducción adecuada: pensiones. Este marcado de dinero (o sea esta categorización) se entendía como:

Pagos regulares semanales o mensuales de pequeñas sumas de dinero por un largo periodo de tiempo, con especificaciones y condicionamientos que, a diferencia de una ayuda, un salario o un pago de seguridad social, se obtenían solo después de una exhaustiva investigación, estaban sujetas a una supervisión concienzuda, se revocaban con facilidad si la destinataria no lograba estar a la altura del comportamiento que se esperaban de ella. (p. 195)

(¿Familias en Acción?). La acción caritativa o asistencial cambia de curso y así lo analiza la autora en apartados como, “Los merecedores de efectivo” y “Enseñando a gastar”. En conclusión, la autora nos dice que el consumismo del siglo XX obligó a reformular las prácticas de la asistencia social, pero a su vez señalando que los pobres tenían sus propias ideas y prácticas de marcado de dinero en donde los asistentes sociales perdían la batalla frente a ellos.

6. Dinero controvertido.

Este capítulo enlaza con el anterior, en cuanto, en una historia casi “novelada” nos lleva a este último punto, digámoslo así: la lucha entre pobres y asistentes sociales por la re-significación (o marcado) del dinero recibido por la vía asistencial. Por eso el título de “dinero controvertido” implica el análisis de la lucha por el control (del dinero), que se expresa en los diferentes marcados del dinero, dinero de los pobres vs. dinero oficial. Un interesante aparte de este capítulo nos lleva a un magistral análisis cultural del significado social del funeral (La muerte digna). Una paradoja incomprensible para los asistentes sociales era el “éxito” de los vendedores de seguros funerarios entre los pobres. Tener una “muerte digna” era un valor altamente significativo entre quienes preferían gastar su poco dinero en ese seguro que en aumentar o asegurar su bienestar. Al menos, tener un funeral digno era un asunto de honor para las familias, aun, y precisamente para las más pobres “[...] los agentes de seguros corrompían sus elecciones económicas [las de los pobres], convirtiendo el dinero para la vida en una inútil moneda para la muerte” (p. 222). Podemos decir que estos dos capítulos nos llevan al escenario de la lucha entre el marcado del dinero de los pobres por los asistentes sociales y el marcado del dinero de los pobres por los pobres mismos, en el marco de políticas sociales fluctuantes en torno a este marcado y al vaivén de un consumismo capitalista creciente.

7. El significado social del dinero.

Un capítulo de conclusiones. En una bella metáfora literaria, la autora nos envuelve en su argumento, citando a Borges en su relato Funes el memorioso. Y es que el relato ficcional encaja perfectamente en la tesis o hipótesis del texto, lejos de cómo consideraban los clásicos al tratar el asunto del dinero, como el ideal de la calculabilidad numérica, así como la impersonalización y la racionalización de las relaciones sociales. Entonces afirma: “La diferenciación social del dinero influye siempre, no solo en rincones oscuros y exóticos de la economía, sino en cualquier parte donde miremos, las diferentes clases de relaciones sociales y de valores le dan nuevas formas al dinero” (p. 246). Desafiando toda idea de que el dinero es neutral, impersonal e intercambiable, la autora nos involucra en los lúcidos análisis de algunos ámbitos distintos de marcado de dinero como la economía doméstica, el mundo de los regalos, la asistencia social y la beneficencia.¿El dinero desencantará al mundo? “No tanto Sr. Simmel”, dirá la señora Zelizer.

Nota sobre la autora del libro

Viviana Zelizer, se graduó de doctora en Sociología en la Universidad de Columbia, York, y desde 1988 es profesora de esta disciplina en la Universidad de Princeton, Especializada en Sociología Económica, su investigación se centra en el análisis del modo en que las prácticas económicas y el dinero afectan tanto las relaciones sociales impersonales como las personales. Para presentar su visión de los significados sociales del dinero y de los mercados recurre a otras disciplinas como la economía, la historia, la sociología y la antropología, cuya pluralidad de enfoques, sustentada en fuentes muy diversas, especialmente en el trabajo histórico de archivo, constituyen una particularidad de toda su obra y la torna tan interesante como polémica. Entre sus obras se cuentan: Morals and Markets: The Development of Life Insurance in the United States (1979), Pricing the Priceless Child: The Changing Social Value of Children (1985) y The Social Meaning of Money: Pin Money, Paychecks, Poor Relief, and Other Currencies (1994). El Fondo de Cultura Económica ha editado en español, La negociación de la intimidad (2009) y El significado social del dinero (2011).

Bibliografía

Zelizer, V. (2011). El significado social del dinero. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.