Los laberintos del cambio organizacional
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Artículo de revista
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EspañolFecha de publicación
1994Resumen
No es mi intención iniciar una discusión teórica sobre lo que significa "cambio" o lo que significa" ¿por qué la gente no cambia?", o a qué tipo de cambio o de gente nos referimos cuando desde las organizaciones nos hacemos esas preguntas; por ahora partiré de situaciones que pudiéramos llamar "de sentido común" y que nos dicen y muestran que las cosas cambian y que eso, que es evidente, es lo que entendemos por cambio. Tal vez lo único que quisiera diferenciar son los términos "institución" y "organización" ya que de lo que se habla es de lo segundo; del poco tiempo que nos queda una vez nos contratamos. La institución de la familia, las instituciones del estado, el ejército, el congreso, o las instituciones de salud poseen una cierta permanencia que les es propia pese a sus crisis; pero las organizaciones (otrora empresas) no son dueñas de su tiempo: lo que tienen de historia es arrancada, expropiada e injertada. Uno quisiera que su empresa fuera eterna o, por lo menos, que durara el tiempo de uno; y las organizaciones saben de su temporalidad pero al igual que los hombres que la componen, desean la eterna juventud. Sólo que ellas, paradójicamente, si no la han logrado por lo menos han prolongado su envejecer más allá del tiempo de sus jubilados. Por otra parte, la cobertura de las instituciones es mucho más amplia y les es propia; la de las organizaciones es una pretensión.Palabras clave
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