Felix aut infelix culpa
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Artículo de revista
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EspañolFecha de publicación
2004Resumen
Hay faltas incontestablemente felices y otras que son insoportables. Dios perdona esta falta presente en la reproducción de la vida pero el asesinato no puede recibir perdón alguno. ¿Quién soy yo para pretender perdonar? Parece imponerse la venganza pero se ve venir la paradoja: verdugo y víctima resultarán ahora confundidos y hasta indiscernibles. Entonces, no hay que perdonar y olvidar porque es conveniente que la memoria conserve la historia de esos crímenes, para continuar interrogando la posibilidad o no de extirparlos y de preservar el porvenir.Colecciones
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