La recopilación, grabación, transcripción, traducción y edición de las narrativas que componen esta colección del Plan de Vida Murui fue parte de la compensación por realizar la investigación de campo del antropólogo brasileño Edmundo Pereira. El trabajo que implicó la elaboración de estos textos terminaría siendo uno de los temas centrales de su investigación, al convertirse en un escenario privilegiado para acompañar las ideas y prácticas de la coca y el tabaco en acción en la formulación de estándares de tradicionalidad en un ámbito marcadamente político. La producción de un Plan de Vida como tema en la relación de Edmundo con Don Ángel aparece desde los primeros días de su segundo período de campo, en San Rafael (río Caraparaná). Don Ángel dijo que estaban elaborando un Plan de Vida y le enfatizó que tendrían que prepararlo para el trabajo de traducción, para que al final dejara todo “muy hermoso”. Para ello, inició un proceso de contarle y hacerle anotar en su cuaderno cuatro conjuntos de narrativas que consideraba “esenciales”.
Durante una reunión del cabildo de San Rafael, en agosto de 2001, Don Ángel, con el apoyo de Abelardo Palomares, gobernador del cabildo, advirtió sobre el trabajo que estaban haciendo, que era “de todos, de parte a parte”. Que estaban él y la gente de su mambeadero, con la gente del cabildo y otros mayores, iniciando el Plan de Vida “desde el principio” y que de ahí irían, al final, al levantamiento de una maloca. Al elaborar este Plan de Vida, Don Ángel asume la tarea de, a través de la palabra, representar a los demás tradicionalistas de San Rafael. Esto aparece en la portada del documento, justo después del título: “Palabras de la Ciencia de los Caciques Don Ángel Ortiz, Don Gregorio Gaike, Don Rafael Pérez y Don Víctor Julio Vargas según Don Ángel Ortiz”. En el mismo sentido, también se colocó un subtítulo en la portada del documento: “Contribución al Plan de Vida de los Aborígenes Murui y Muina-murui”.
En el contexto del Plan de Vida San Rafael, este “aporte” consistió en recopilar la parte central del repertorio narrativo del grupo, de forma escrita, en versión bilingüe, bue y español. Este se organizó en dos canastos, concebidos como conjuntos de narrativas y como dos períodos históricos (ante y post-diluvio) que cubren el recorrido desde el inicio de la vida, pasando por la aparición de los hombres, hasta la época contemporánea.
Se acordó que se grabarían los discursos de Don Ángel en el mambeadero y luego se transcribirían, trabajo que recaería principalmente en Abelardo Palomares. Las grabaciones de los discursos de Don Ángel se realizaron en agosto de 2001. Estaban presentes Don Ángel, Hermes Ortiz (su hijo), Wenceslao Muñoz (secretario del cabildo), Abelardo Palomares (gobernador del cabildo) y Edmundo Pereira (el antropólogo). Ocasionalmente asistieron don Víctor Julio Vargas (vice-cacique), y algunos visitantes. Al inicio de las grabaciones, Don Ángel pedía escuchar la última sección grabada. En ocasiones pidió que se repitiera la grabación, ya sea porque había que precisar o agregar algo, o porque había hablado de una manera demasiado compleja dentro del alcance de la retórica del mambeadero. Ya en este punto demostró preocupación por llegar a audiencias más amplias. De hecho, uno de los ejes centrales de su discurso fue el del público al que se dirigió. Destacó que quería hablar con todos, “desde los niños hasta los mayores”. En este sentido, propone un diálogo con una diversidad de registros y formas de comprensión de un público poco acostumbrado a la palabra mambeadero, poco familiarizado con sus significantes y significados. Además de eso, dialoga y cita otras sub-tradiciones narrativas y rituales presentes entre los murui y demás pueblos de la gente de centro.
Del material grabado transcribimos alrededor de cinco horas. El trabajo de transcripción se extendió desde principios de agosto hasta la primera semana de septiembre y estuvo a cargo principalmente de Abelardo Palomares. A principios de septiembre viajamos a Leticia, Don Ángel, Abelardo y el etnógrafo, para hacer el trabajo de traducción y edición. A medida que se imprimían los materiales bue, Don Ángel comenzó a leerlos y a realizar cambios y recortes, con el mismo espíritu de simplificar y facilitar el acceso a los conocimientos ya presentes en el proceso de grabación. En este sentido, utiliza un lenguaje menos elaborado (lingüística y simbólicamente) y una mayor linealidad entre los pasajes y tiempos que componen las narraciones. Lo mismo ocurriría con el material traducido al español que se iba imprimiendo, que además de correcciones y recortes, se complementaba en ocasiones con comentarios, momentos en los que el narrador abandona la narración para explicar mejor o hacer alguna consideración ética-moral.

Envíos recientes

  • 4. Nɨmaira Kɨrɨgaɨ 

    Ortiz, Ángel
    Esta narración se tradujo también en Leticia, pero como no había más tiempo para traducir palabra por palabra, se empezó a traducir en oraciones. De este texto no se pudo traducir la parte final, que va desde los primeros ...
  • 3. Jitɨrui Kirɨgaɨ 

    Ortiz, Ángel
    Estas dos narraciones (Murui, Muina-Murui arɨ biyakɨno y Moniyamena arɨ biyakɨno) fueron traducidas en Leticia, palabra por palabra. En algunas de ellas se prestó un poco más de atención a la dificultad de su traducción o ...
  • 2. Jata Yoema abɨ kɨotajano 

    Ortiz, Ángel
    Este es quizás el pasaje de significado más complejo de todos los relatos organizados por Don Ángel y, según él, de todos los conocimientos que un mambeador aprende a lo largo de su vida. De la nada, del vacío, de las ...
  • 1. Koniruenɨ eimɨemo dukaizɨte 

    Ortiz, Ángel; Muñoz, Wenceslao
    El día de esta grabación, Abelardo Palomares (gobernador del Cabildo de San Rafael) tomó como referencia el Plan de Vida Cofan, que había sido publicado en 2000 en forma de un grueso volumen impreso, y era considerado como ...