Summary
Cuando en mayo de 1911 Porfirio Díaz presentó su renuncia como presidente de México y abandonó el país que había gobernado durante treinta años, los ánimos revolucionarios no se tranquilizaron. Francisco l. Madero había "soltado un tigre" como dijo don Porfirio y habrían de pasar muchos años antes de que se le pudiera controlar.