La filosofía como género y el género como filosofía
Type
Artículo de revista
Document language
EspañolPublication Date
1997-07Metadata
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De creer a Platón, la filosofía se habría fundado sobre una pérdida y se habría desarrollado sobre un olvido. No me refiero a su doctrina, según la cual conocer es en buena medida recordar y alcanzar la verdad es disuadirse de la verdad del remedo o de la copia para elevarse a la idea, sino a un olvido más simple, que tiene un nombre de mujer, el nombre de Diotima. Fue ella, según el relato de El Banquete, quien le enseñó o inició a Sócrates en los misterios del amor, misterios que podrían ser el enigma de los enigmas, si se colige, como no parece advertirlo ni el mismo copista -es decir, Platón-, que en ella la sabiduría del amor era equivalente al amor a la sabiduría, que como sabemos es la filosofía. Protofilósofa, Diotima desaparece con su perfecto y oracular retruécano de la escena carnavalesca del banquete donde Sócrates y los Efebos discurren entre vinos y amoríos sobre el amor. Que la mujer, ahora devenida esclava, apenas sea la evocación de una falta o ausencia en el discurso filosófico -como lo ha advertido el poeta de la diosa blanca, Robert Graves- Se deja ver no sólo porque la filosofía del amor se limita, por lo menos en el simposio, al amor entre hombres, enmascarado en la filosofía, ni sólo por que el amor a la sabiduría, o sea a la filosofía, sea desde entonces un discurso masculino, ni aún porque en ese discurso esté cada vez más ausente el tema del amor, sino porque aquello que era equivalencia en el retruécano, sabiduría del amor, amor a la sabiduría, se ha degradado a la condición de símil o de metáfora: el arte mayéutica como semejante al arte de la comadrona en el dar a luz, o la filosofía como alumbramiento y genealogía intelectual o metafísica, semejante a la genealogía carnal, uno y otro, la sabiduría del amor y el amor a la sabiduría encarnados desde entonces, en el desvanecimiento" del retruécano, en la más opuesta especialización por géneros, la mujer y el hombre, tan antagónicos como la madre tierra y el cielo, ideal la noche y la luz, la genealogía física y la metafísica, pero el uno elevado a la condición del amo, la otra a la esclava; el uno fundador del discurso público, la otra del religare privado, hasta llegar incluso a ese divorcio lingüístico entre la lengua oficial -el Latín- y la lengua materna -la lengua Romance.Keywords
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