Samaná, tierra de agua y miel
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Autores
Duque Escobar, Gonzalo
Director
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Español
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Resumen
Samaná, municipio cordillerano del Magdalena caldense cuya extensión es de 761 kilómetros cuadrados, ayer referente de la violencia del frente 47 de las FARC y hoy convertido en un escenario de esperanza y paz, ocupa el territorio que comparte con Pensilvania en lo que se conocía en el siglo XIX como la tenebrosa selva de Sonsón. Bañado por los ríos Tenerife, Samaná Sur y La Miel, después del exterminio de las tribus descendientes de los Palenques por parte de los conquistadores, el lugar permanece deshabitado hasta que se produce la Colonización Antioqueña. Tras la ocupación impulsada por la minería aurífera de aluvión, con la cual hacia 1860 también se introducen el cultivo del café, dada la consolidación de varios poblados entre ellos la cabecera, los pobladores acuerdan desde 1878 darle a la región el nombre de San Agustín, logran en 1884 la creación del corregimiento adscrito a Pensilvania que había sido fundado en 1866 y se había hecho municipio en 1872, y obtienen la erección definitiva como Municipio en 1908, con el nombre de San Agustín, el cual permanecerá hasta 1930, cuando pasa a denominarse Samaná, en honor a los aborígenes Samanáes, descendientes de la nación de los Pantágoras.
Abstract
Palabras clave propuestas
Samaná - Caldas (Colombia), Magdalena Centro - Colombia, Magdalena Caldense – Colombia; Río La Miel - Caldas; Río Samaná Sur - Caldas; Río Tenerife - Caldas; PNN Selva de Florencia - Caldas, Laguna de San Diego - Caldas; Nación de los Pantágoras; Indígenas Samanáes; San Martín – Corregimiento; Norcasia (Municipio) - Caldas; Berlín – Caldas (Corregimiento); Encimadas – Caldas (Corregimiento); Pensilvania – Caldas (Colombia)