Darwin y la imposibilidad de causas finales en la biología
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Artículo de revista
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EspañolPublication Date
2009Metadata
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La teoría de la selección natural propuesta por Charles Darwin en su obra El Origen de las Especies no sólo colocó las bases para una explicación coherente de los hechos fundamentales de la biología (el origen común de los seres vivos, la diversidad de individuos y especies y la transmisión de características hereditarias), sino que además introduce maneras nuevas de hacer filosofía. La teoría de la selección natural hace superflua cualquier posibilidad de apelar a explicaciones de tipo finalista en la ciencia. Desde Aristóteles se conocen cuatro tipos de causa: la material, la formal, la eficiente y la final. Aunque la causa eficiente es el paradigma de explicación por excelencia de las ciencias empíricas, la causa final sigue desempeñando un papel explicativo, por cuanto parece estar arraigada en nuestra estructura humana de pensamiento y la tendencia a presentar explicaciones finalistas sigue siendo recalcitrante. Quizá por estar los seres humanos tan familiarizados con la complejidad inherente a los procesos de diseño en las artes y en la técnica, suponemos por vía de analogía que la naturaleza en su complejidad exige la presencia y acción de un diseñador inteligente. Kant en la Crítica de la facultad de juzgar hace una defensa del carácter “irrenunciable” de este modelo explicativo. Para controvertir esta opinión, me apoyaré, en recientes investigaciones de Richard Dawkins y de otros biólogos contemporáneos para mostrar con la evolución de ojos en la naturaleza que el surgimiento de órganos de alta complejidad puede ser explicado sin problema con la teoría de la selección natural propuesta por Darwin en 1859.Keywords
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- Acta Biológica Colombiana [1093]
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