Padres de la Iglesia, vírgenes independientes [Reseña]

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Autores

López, Abel Ignacio
Salisbury, Joyce E.

Director

Tipo de contenido

Artículo de revista

Idioma del documento

Español

Fecha de publicación

1995

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Resumen

Este libro, originalmente escrito en inglés y publicado en 1991 por la editorial londinense Verso Edition, comienza con la historia de Eccidia. Esta matrona había persuadido a su esposo de que hiciera voto de castidad. El esposo en un principio aceptó pero luego rompió el juramento y consiguió una amante. San Agustín, a quien Eccidia acudió en búsqueda de consejo, consideró que la mujer debía disculparse por desobediente. Ella había dispuesto de parte de los bienes traídos al matrimonio, para entregarlos a los monjes, y había decidido usar ropa de viuda. Al parecer, comenta la historiadora Salisbury, Eccidia consideraba que el haber aceptado el voto de castidad le permitía controlar su propio cuerpo y en consecuencia tener autonomía sobre los demás aspectos de su vida. San Agustín estaba de acuerdo con el esposo: renunciar a la sexualidad no eximía a la mujer las obligaciones propias de su sexo, en especial de la subordinación. La historia de Eccidia resume los dos temas centrales del libro: por una parte, el punto de vista sobre la sexualidad y la castidad elaborado por los padres de la Iglesia y cuya finalidad era procurar un control sobre la autonomía y el poder espiritual que acompañaban la vida ascética; por otra, el modelo de vida de las vírgenes, como Eccidia, cuyo comportamiento no se ajustaba a las exigencias de los teólogos católicos. Tertuliano, Cipriano, Ambrosio y Jerónimo, a quienes la autora dedica los dos primeros capítulos del libro, compartían un punto de vista dualista. Dividían el mundo entre carne y espíritu. Esta división se inició con el pecado original, que fue una falta sexual, cometido por Adán y Eva en el paraíso terrenal. Desde entonces se formaron dos reinos: el carnal que es el sexual y el espiritual que es el de los ángeles, los castos y los célibes. Son reinos «excluyentes y opuestos». El sexo es de por sí malo. Tertuliano, por ejemplo, consideraba que la sexualidad es mala independientemente de la legalidad del matrimonio.

Abstract

Descripción Física/Lógica/Digital

Palabras clave

Citación